Necesito dormir algunas horas pero no a solas.
Un cuerpo prestado no me cae nada mal, para que aguante mis brazos, se deje besar unos instantes y se impregne de amor, que tanto me sobra y me hace falta.
Necesito dormir y respirar un aroma suave y no solitario.
A estas alturas (que en realidad de alto no tienen nada), una hora prestada para abrazar, caerían como limosna pedida a gritos; triste pero cierto, peor aún, necesario.
Con sueño ahora y sin sueños ya, me pregunto si he de poder apagarme por completo sin dejar de respirar. He de amanecer todos los días, pero estoy seguro que uno de esos, no muy lejano, voy a amanecer pero ya sin despertar.