Charritos y cerveza barata

¿Es que hacemos las cosas sólo para recordarlas?
¿Es que vivimos sólo para tener memoria de nuestra vida?[…]
Jaime Sabines

Se trata de charritos y cerveza barata, bien dice Kiko, un personaje de Bunsen, un webcomic que me gusta mucho y que, después de andar no sé qué cavilando, esa frase me pareció sumamente útil.
Muchas veces quedamos atrapados dentro de las cosas que suponemos ser importantes, válidas, únicas o simplemente diferentes; estamos en ellas, convencidos de que es lo que importa y que cualquier otra cosa es una pérdida de tiempo o que es bajar un peldaño en nuestra evolución personal.

En un razonamiento de esos fue como regresé activamente al mundo blogger; consideraba un blog una especie de versión cultural de muy mala calidad, donde cualquier persona podía decir la mayor cantidad de pendejadas en el menor espacio posible, y que sólo contribuía a crear basura de le web; Sí es verdad, existen esas cosas, pero, gracias a esas ideas perdí de vista la otra cara, los blogs que tienen cosas buenas, los que aportan, los que te dejan un buen sabor del trago llamado Internet.
Aún así mi postura seguía renuente, sin embargo veía como se divertían las personas con sus diarios online, contando sus penas, secretos, historias y todo con una normalidad maravillosa; no estaban aportando contenido vital a la web, sólo estaban usando al Internet para satisfacer alguna deseo de ser humano del nuevo siglo. ¿Era eso malo? no, yo suelo leer webcomics por la misma razón, así que comencé un blog pero instalado en mi propio dominio, la fórmula: Un blog en el que aún cuidaba no caer en «vulgaridades» de la web y buscaba aportar «algo» de interés; resultado: Un blog que nadie leía (bueno, casi nadie) y que en realidad no me satisfacía escribir, porque según yo: «no tengo que escribir por ahora» pues me basaba en esa métrica de aportar algo.

Entonces, apareció Supersádico.
Betou y su blog me divertían (y aún lo hacen) de maravilla con su blog, la manera en que decía cosas, aportaba algo, compartía parte de él, y sin caer en un tipo definido de estándar que mi mente pudiera encasillar. Acortando la historia digo, me invitó a escribir, lo hice, leí más blogs, me gustaron, fui adentrandome más en la blogosfera, y me he animado, despues de ver blogs de gente que seguramente pensaba lo mismo logro hacer blogs buenos, interesantes, decir cosas, aportar algo, desahogarse, chismear y todo con un toque que los caracteriza.

Así es como creo que muchas veces uno debe «bajar» de ese mundo en el que se encuentra y convivir y aprender de ese otro mundo «inferior» del cual se desprendió alguna vez; y pasarla bien, se trata de charritos y cerveza barata, nada más fácil que ser uno y sentirse bien y, ¿por qué no?, mentar algunas madres, soltar algunos rants, besar algunas chicas y ensuciarse las manos, todo mientras lo pasemos bien.

Estoy aquí para mentar algunas madres, soltar algunos rants, besar algunas chicas (esta háganmela buena, porfas), compartir algunas cosas, y ensuciarme las manos. Así pues nos leeremos por aquí y por Supersádico de vez en cuando.

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Now playing: Nine Inch Nails – Heresy (Blind)
via FoxyTunes

3 opiniones en “Charritos y cerveza barata”

  1. Pues te doy la bienvenida oficial a los bajos mundos del wakablog y una patadita al estilo raul velasco. Te estaré leyendo, un abrazo!

  2. Espero que en este no seas tan serio, como en mística espiral. Y lo de los besos…naa.
    Pero, ¿sabías que hay muchas formas de ensuciarse las manos? >P

  3. Hola, sabes yo tampoco estaba muy convencida de esto de los blogs, se me hacia algo morboso y ademas aburrido como algunas personas publican cosas tan triviales y a aburridas, despues me di cuenta que no es la vida o la historia o lo cotidiano del asunto si no la fomra en la que es escrita, Herman Hesse… o Giovani Papinni ay no me acuerdo cual de los dos weyes dijeron que si una persona cualquiera con una vida cualquiera pero un estilo literario chido, se pusiera a escribir toda su vida comun y corriente haria la mejor obra de todos los tiempos porque todos tienen algo que decir.Tener acceso a la vida privada de la gente, y más cuando representa una figura completamente anonima, nos despierta un morbo que no entendemos bien, pero que terminamos por aceptar: sacamos el vouyeur que todos llevamos dentro y nos hacemos adictos a esta especie de intimidad publica.

    uy me explaye…

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