Joaquín Sabina.
Escribí, porque tuve que sacar esa sustancia misteriosa que aveces me brota y que algunos llaman poema, unos versos que vienen bien al tema de hoy (
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«Si es amor, es para siempre» dijo ayer una amiga, y yo no creo que sea verdad, el amor sí es para siempre, el amor, no el amar a alguien, creo que el amor se acaba, o algo sí me dijo a quien yo amaba y tuve que creerle a fuerza de besos, pero igual creo que no se acabó, nomás se cambió de dueño, ya saben, como cuando traspasas un local, solo que por ser D.F. siempre está la manera ilegal donde sales chingado.
El punto es que sea o no el amor trasmutable, eterno, temporal, infinito, inacabable, rosa, azul, morado o disparado por un escuincle rosa, regordete desnudo y con alas; siempre queda el recurso de recodar, todo lo almacenado en el disco duro del ser humano llamado memoria, y que si bien no has borrado o no has querido borrar, siempre estará ahí como material de consulta.
«Yo sé que tu recuerdo es mi desgracia y ¡vengo aquí nomás pa’ recordar!» cantaba El Rey, ya bien borracho en las fiestas, pero igual de la boca se le escurría la verdad. Recordar, ese acto voluntario/involuntario es una de las cosas que va muy ligada a eso del amor. Una vez alguien me dijo, «Ya, dedícate a olvidarla» (refiriéndose a la mujer amada), pero el caso no es olvidar, la magia de todo esto consiste en aprender a recordar las buenas cosas con serenidad y su debido respeto. «Olvidar es lo que nos hace sobrevivir, pero hay cosas muy importantes que recordar» dijo Gendo Ikari, y neta que tiene mucha razón, olvidar las cosas es pretender que nunca pasaron, que no existieron y por ende, que todo eso no valió la pena. Creo que uno olvida el dolor, la tristeza, trata de aminorar la nostalgia ignorando los recuerdos dolorosos, pero debe siempre de aprender de lo vivido y recordar lo bueno que fue, y solemnemente dar buena cara.
No existe el día en que superas algo, en específico en eso del amor, más bien creo que existe el día en que como que ya todo está calmando y estás «repuesto» (porque sí, también concuerdo con Andrés «Uno nunca se repone de estas cosas») puesto que no vuelves a estar íntegro como en aquél entonces, algo faltó y hará falta, sin embargo te vuelves distinto para de nuevo ponerte listo para lo que venga y seguir con el círculo vicioso que llamamos amar.
Algún día cuando miremos hacia atrás y veamos esto reiremos. Eso es divertidísimo, personalmente poseo la infinita gracia de poder burlarme de mi mismo y reírme hasta el cansancio de mis situaciones, El día que no podamos reinos de nosotros mismos, habremos dejado de ser nosotros, (esa bonita frase, es mía) porque creo que a fin de cuentas, lo mejor que puedes sacar de algo malo es una risa, a veces dicen que rayo en el sadismo pero, ¿Quién mejor que uno mismo para reírse de sus propias penas?
PD: Si me ven cantando a José Alfredo Jiménez, es que estoy pedo.
PD2: Sí no lo estoy, fingan que sí lo estoy.
PD3: Avísenme, seguro se me ocurrirá un chiste buenísimo.
Los quiero, saludos.
Naaa, mentí, ni los conozco, ¿cómo los voy a querer?.
Yo dirigí esta jalada (y otras más, véase los related videos o mi youtube channel).
Disculpen, éramos jóvenes y necesitábamos el dinero.
Hugo, Dani, Gordo ¿se acuerdan?, jajajajajaja.