Imaginación de paso

Todos alguna vez han visitado un cuarto de hotel con fines meramente sexuales. Los que no, están mintiendo o viven solos. Pero la gran mayoría tiene conocimiento y visita los comúnmente llamados Hoteles de Paso. El otro día me puse a pensar en las cosas que uno no piensa cuando se está en un cuarto de hotel minding our own bussines, por ejemplo:

Todos alguna vez han visitado un cuarto de hotel con fines meramente sexuales. Los que no, están mintiendo o viven solos. Pero la gran mayoría tiene conocimiento y visita los comúnmente llamados Hoteles de Paso. El otro día me puse a pensar en las cosas que uno no piensa cuando se está en un cuarto de hotel minding our own bussines, por ejemplo:

  • ¿Imaginan que en el preciso momento en que están dándole vuelo a la hilacha, en la habitación de la derecha pasa exactamente lo mismo? y que en la de la izquierda también, y en la de arriba, y en la de abajo, y en la de arriba a la izquierda, y arriba a la derecha y la de enfrente y así sucesivamente. Si se ponen creativos, es como sexo en grupo, y hasta podría echar a andar algunos motores por ahí. Incluso para algunos podría resultar todo un afrodisíaco el poder escuchar lo que acontece en las habitaciones contiguas, o incluso convertirse en un duelo de gritos.
  • Otra cosa de las que uno jamás piensa cuando acude al llamado de apareamiento, es la posibilidad de toparse con alguien conocido en el pasillo, en el elevador o en la misma recepción. Sólo de pensarlo se me ocurre que sería una de las situaciones más cómicas sobre la tierra, y quizá de igual manera la más vergonzosa (ya depende de la moral de cada quien).
    Imagina que te encontraras a tu jefe del trabajo, o a tu prima con uno que no es su novio, o más cómico aún, después de un duelo de gritos, salir de la habitación y toparte con la sorpresa de que tus contrincantes en el duelo sonoro, eran nada más y nada menos que tu hermana y su (hasta ahora desconocida por todos) novia lesbiana. O en el giro más retorcido, tu papá y la vecina de enfrente. (creo que eso ya no sería cómico) pero de igual modo generaría una sorpresa infinita.
  • El número de personas que estuvieron antes que tu ahí, o pensar en que ellos también lo hicieron sobre el tocador, frente al espejo, en la alfombra, en el lavamanos, en la tina, el jacuzzi, en la puerta, viendo porno, en el balcón, con las cortinas abiertas, sobre la cama, bajo la cama (no, momento, bajo la cama no se puede).
  • Otra más, ¿qué pasará por la mente de la señora que limpiará tu habitación cuando te hayas ido, al mirar el tremendo desastre que dejas? (porque seamos honestos, uno no se pone a tender las camas ni a limpiar el baño, es un hotel al que va, coge, y le vale madres lo demás).
    La cara de WTF? de la señora que entra y se topa con los 12 condones usados por todo el cuarto, o sacar la basura y ver el empaque de los juguetes ultraperversos que usaste, el galón de lubricante (vacío por supuesto), la etiqueta tirada que dice Gel Anal, manchas de sangre o peor aún, el cadáver de la prostituta. Es divertido hasta que piensas que quizá trabaja ahí porque le gusta limpiar todo eso.
  • Las cámaras escondidas, y más que pensar si te están filmando o no, es pensar en el «qué dirán» cuando te vean. ¿Se reirán de tus poses?, ¿se burlaran de que no duraste ni media hora? ¿Los dejarás boquiabiertos porque duraste cinco horas seguidas? ¿Los encenderá verte teniendo sexo tanto como a ti? ¿Les pedirías (si pudieras) una copia? ¿Pensarán en ti para una propuesta porno? ¿Lo subirán a Internet? ¿Te harás famoso?

Es una suerte que estando en esa situación, el deseo y la lujuria nos mantengan libres de pensar cuanta tontería hay y mejor, hacer bien el trabajo.

Les dejo de regalo una página que jamás se me ocurrió que existiría, pero cuando me la pasaron dije: ¡¿Por qué no me la pasaste antes?!

—> Hoteles de paso <—

Que lo disfruten…

Inconcl…

Sucede que la realidad es a fin de cuentas la media en que todo llega a un equilibrio, un «lugar» en el que se camina con los aires más armónicos dentro de la sinfonía de la vida. Tenemos notas elevadísimas, de belleza única, de sonidos de ensueño, y tenemos notas bajas, tan bajas que una sola basta para dejar sombrío hasta al mismo sol, pero es en la realidad, donde uno conjunta dichas notas y logra armonía para la sinfonía de la vida diaria.

Un fin de semana de muchas notas; confesiones, encuentros conmigo mismo, retomar viejos vicios, ser menos feliz pero igualmente más tranquilo, de nuevas personas, de viejos amigos. Un fin de semana que pasó bien librado preparándonos para otra semana que promete pasar desapercebida como el resto de mi vida.

Ella (con una cara de sorpresa/alegría por las aventuras escuchadas nos dice: así que se la están pasando muy bien ¿eh?
Él y yo (con un tono de hueva e indecisión): puuuuuuuuuuus…. te diré…

Ella acababa de escuchar revelación de ambos y parecía no caber de la sorpresa, pensó de inmediato que el hecho de pasar del estado obligadocelibato al buensexopuramentecasualperoconstante era una cosa que llenaría de felicidad a cualquiera, pero no lo es así. No vivo más feliz, pero sí más tranquilo.

El sábado fui a consumir alimentos en ilimitada medida (osea fui a un bufette) con la oh poderosa Jolie, una mujer que, (a diferencia mía) la ligan hasta por el internet. Es mucho lo que se puede decir de esta mujer, es inteligente, conocedora, ligadora y cobarde, jajajaja, pero she rocks. Sería bueno hablar más sobre ella, pero requiero de conocerla mejor para poder venir a re velarles todos sus chismes, Jajajajaja. Como breves datos a resaltar tenemos:

  • Jess tiene razón, Jolie no puede vivir sin tacones
  • Y sí, tiene una libreta de ligues pero lo que no saben es que… ¡NO LA USA! Anota los nombres y números de los galanes pero ¡nunca les llama!. You’re doing it wrong!
  • Tiene la idea para un negocio que parece exquisita: Hotel temático, y no hablo precisamente de la suite imperial y la habitación adornada como el Taj Mahal; no señor, hablo de la habitación de bomberos, la escuelita, la sala de hospital, ufff…
  • Tiene una Mac! jajaja, nada que ver.
  • Es excelente compañía.

A este punto del post ya es la Una, perdí las ideas y el punto al que quería llegar.

Próximamente, Tips para pimpear su blog, el vicio de un nuevo videojuego que bajé, sexo sin amor, y las pericias de algo, aun no sé de qué.

Sexo en Libros

Aquí sólo hace falta volverte hacia la cama para saber que el cielo está tan cerca que la luna te quema.
Xavier Velasco
Ella, con una voz descansada, reincorporándose de una agitación intensa, con los poros apenas descansando de tan intenso viaje, con una sonrisa que le es imposible disimular, y con un tanto de brillo por el sudor; pregunta: ¿dónde aprendiste a hacer todo eso?
Yo: en los libros…

Mi primer encuentro sexual fue en realidad con los libros, había recibido clases de educación sexual en la primaria, así que la teoría básica estaba cubierta, pene, vagina, gestación, parto, vello púbico, etc. todo una maleta de definiciones y en ese momento teorías.
Después fue el encuentro con las revistas de Play Boy del menor de los tíos, así fue como las palabras pubis, vello, pechos cobraron una visión más real pero aún no morbosa sobre el sexo.

No fue sino en la secundaria, bombardeado de toda la censura, de todo el misterio y la sacrosantidad otorgada al sexo, que despierta en todo adolescente, el morbo de ver lo que ya conoces, porque lo viste en el librito de «De dónde vienen los bebés», en las láminas de la escuela, en tu libro de biología, pero, ahora tiene otro sentido, ese de la curiosidad y el de la invitación de algo prohibido. Verle los calzones a las niñas era una acción que hacías porque no debías de hacerlo, nada más, pero ahora, no buscabas los calzones de las niñas, bueno sí, pero ahora representaba otra cosa, era verlos, ver los muslos, imaginar lo que ocultaban, era crear un relato erótico mental, totalmente desconocido, porque las láminas no te hablan de sensaciones, son sólo un: pene entra en vagina, sale semen y nueve meses nace un bebé, no hablan de la respiración agitada, del preludio que atiende a las hormonas, de los aromas que desprenden dos labios a punto de besarse, no hay nada de eso, y eso es lo que tu buscas, o buscando un pene entra en vagina, te topas con eso y no sabes ni madres.
Sabes que un pene entra en vagina y sale semen y nace un bebé, ¡muy bien! aplauso, pero no sabes cómo tocar a una mujer, dónde, de qué manera, qué sí, qué no, no sabes que pene en vagina es muchisisisisisisisismo más que un pene en vagina, y de lengua en vagina, ni hablar porque es pecado.

Yo aprendí de los libros, de esos libros que versan sobre todo eso, de los libros de donde sacaron la información necesaria para esas clases de educación sexual, de donde tomaron parte para dibujar esas láminas.
En ese entonces mi madre preparaba su tesis sobre El Abuso Sexual Al Menor, y la sala de la casa (que no es su casa pero los puedo invitar, jajajaja) siempre tenía libros de sexo, así que un día hojeando el índice de uno de ellos leí: Masturbación femenina, y el adolescente morboso voló a la página en cuestión, (buscando imágenes, claro está) y sólo había letras, muchas letras; así pues, perdiéndome en las letras comencé a leer y leer y leer, aprendí como eran las vaginas, las distintas formas, dónde está el clítoris, para qué sirve, como tratarlo, zonas erógenas, técnicas de estimulación, posiciones, en fin… 20 mil y un cosas y claro, aprendí todo lo que estaba ahí, eso incluye las cosas falsas claro está, era un hombre cargado de teoría, con puro diez en el salón pero sin prácticas de campo, sin acceso al laboratorio.

Después comprobé las teorías, derribé los mitos, y comencé a leer más y a corroborar con la realidad, la práctica y la experimentación, compré la idea de que dar el placer a una mujer es un arte que hay que aprender y dominar. Sí ya sé, eso suena demasiado pretencioso, a que yo soy bien chingón, pero qué les puedo decir, cuando me preguntan ¿dónde aprendiste a hacer eso? mientras me miran con una cara de «¿donde has estado mis últimos nueve orgasmos?»

No alardeo, no es pose, y no pretendo cobijarme medallas que no, pero lamentablemente hay sólo dos formas de comprobarlo y NO, no daré referencias para que vayan y pregunten…

Sólo puedo decirles: aprendan sexo, no lo hagan porque es sexo, sino háganlo disfrutando bien, con eso trucos que prenden a las chicas a grados se sorprenderían, o las chicas que sepan dónde y como moverse para que digan «hay cabrón, no sabía que podías hacer esto»

En fin…

Me encantaría dejarles bibliografías pero esos libros ya no siguen aquí, Está Internet, vayan busquen, lean: sobre eyaculación femenina, el arte del cunnilingus, sobre el sabor del semen, sobre zonas erógenas, masajes, busquen, aprendan y comprueben, hay más que porno y fotos de gatos bonitos allá en la web.

Los(as) que no saben, busquen, pregunten, aprendan, y los que sí saben.

NO SEAN OJEIS, ENSÉÑENLE A LOS QUE NO.
Verán que todos se divierten.

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Escuchando a: Blur – Country House
via FoxyTunes

Mucha Ropa

Cuando entré a trabajar a mi actual lugar de trabajo, me llevé la grata sorpresa de ver mujeres desnudas. Sucede que mi recinto de trabajo es una editorial reconocida en el medio por su colección transgresora de relatos eróticos y por la fama de fotógrafo del jefe, quien es el autor intelectual del estudio llamado La escritura y el deseo; una colección fotográfica de autores (principalmente) de renombre acompañados de una mujer desnuda.

Así que cuando llegué por primera vez fue para mí, todo un atractivo visual muy agradable caminar por el pasillo y ver docenas de pendones de dicha colección, osea una hermosa chica desnuda en un pendón como de 2 metros de alto cada dos pasos. Con el tiempo de trabajar aquí una mujer desnuda se convierte en sólo eso, una mujer desnuda; una simple figura, pues pierde todo el morbo al que la sacrosanta educación cristiana tiene acostumbrada a la sociedad mexicana. Nunca he sido mocho, ni santo, ni nada por el estilo, me considero como dicen coquetamente «open mind» (con mis límites bien marcados). Pero aún así no todos los días llegas a un lugar así, con un aire artístico en torno al sexo, o al erotismo.

Así pues (por mero gusto, ya que las imágenes no hacen más que ser sólo imágenes) comencé a ver más allá (por muy cursi y pretencioso que suene) de lo que es una mujer desnuda, dejar de lado el hecho de ver las partes que nos censura la televisión, dejar de lado lo implícito de ver unos pezones, vello púbico, una vulva, ver en su total expresión el sexo de una mujer. Si uno retira todo ese morbo generado por la prohibición del mismo, si se limita todo ese misterio creado desde la infancia a la desnudez, nos quedamos con un cuerpo desnudo, y nada más. De ahí que uno comienza a darse cuenta de lo que es la sensualidad, la magia y el encanto que lleva una mujer en el cuerpo, ese algo que la hace mujer, que no es su sexo solamente; sino una sensualidad de cada trazo que forma el lienzo de su cuerpo, las líneas, las curvas, la fragilidad, la firmeza, la luz que genera la mujer desnuda como dice Mario Benedetti.

Es importante resaltar que una mujer desnuda es sólo eso: una mujer desnuda, y después de otorgarle la belleza de su misma desnudez, uno no puede en verdad conmoverse con ese cuerpo si no se le ama. Al menos así es para mí, no niego que toda mujer desnuda tiene una belleza, toda, así sea gorda, flaca, negra, amputada, lo que quieran, puesto que considero que la belleza parte de quien la mira. A su vez tengo la firme convicción y siempre lo aconsejo a las chicas, que aprendan a descubrir ellas mismas la belleza de su cuerpo, mirándose al espejo, descubriendo esa belleza que posee su cuerpo. En casos para chicas más desinhibidas, que se hagan un set fotográfico con un fotógrafo profesional.

Alguna vez fui asiduo fan de las Chicas Suicidas, del trabajo artístico del desnudo, y de todo eso; alguna vez, hoy me reservo el derecho de admisión a todo ese mundo por razones sentimentaloides que no nombraremos por aquí. Pero en verdad les digo, dénse una vuelta a ver a las chicas, ellas NO son modelos, ellas NO son anoréxicas, ellas NO son perfectas, simplemente están desnudas y tienen mucha actitud (y tatuajes y piercings en mayoría). Si les gusta, suscríbanse, las fotos están chidas, y las niñas también, y si les gusta aún más, postúlen y apliquen, sé de muchas de ustedes que serían Sucidide Girls en un dos por tres.

Si les interesa, independientemente de volverse chicas suicidas o no, tengo una amiga fotógrafa que podría retratarlas, ella gusta de la fotografía, y ustedes deben gustar de sus cuerpos…

Una mujer desnuda y en lo oscuro
tiene una claridad que nos alumbra
de modo que si ocurre un desconsuelo
un apagón o una noche sin luna
es conveniente y hasta imprescindible
tener a mano una mujer desnuda.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera un resplandor que da confianza
entonces dominguea el almanaque
vibran en su rincón las telarañas
y los ojos felices y felinos
miran y de mirar nunca se cansan.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
es una vocación para las manos
para los labios es casi un destino
y para el corazón un despilfarro
una mujer desnuda es un enigma
y siempre es una fiesta descifrarlo.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera una luz propia y nos enciende
el cielo raso se convierte en cielo
y es una gloria no ser inocente
una mujer querida o vislumbrada
desbarata por una vez la muerte.
Mario Benedetti

Ríanse de su pendejada…

Aprovechando lo freso de la sinceridad y todas esas cursilerías, les traigo un poco de humor auto referencial.

A continuación listaré situaciones en las que bien me he ganado el premio «Don pendejo» ya sea por lo cómico de la situación o lo estúpido de la misma (El orden es como las fui recordando):

  1. La vez que estuve a dos instantes de intentar comprar condones en una farmacia… VETERINARIA. Jajajaja, pues sí, como lo leen, iba yo muy contento a adquirir preservativos (porque soy un hombre responsable) y no leí que debajo de la gran leyenda FARMACIA decía VETERINARIA. Así que conforme iba entrando al lugar mi cerebro comenzó a asimilar la poca relación que tenían los bozales, cadenas y los perros enjaulados, con una sacrosanta farmacia. Que suerte que me percaté a tiempo, sino, jajaja no ma, imaginen…
  2. La vez que jugando ajedrez me caí de la silla, dos veces en menos de 5 segundos. Resulta que estaba en una intensa partida de ajedrez con mi hermano mayor; sumergido en la recta final de la partida, la pata trasera de la silla se rompió tirándome cómicamente al suelo. En el preciso instante en que todos reían (entiéndase todos como mi contrincante y un espectador) yo, aun inmerso en las jugadas del tablero, rápidamente me puse de pie, acomodé la silla en su lugar, y me senté, lo que evidentemente duró segundos pues la silla sin pata me propino otra caída aún más humillante que la anterior.
  3. La vez que me atropellaron. Si se ve desde el punto de la ironía: Iba saliendo del DOCTOR, con mi madre después de consulta de su OPERACIÓN de la nariz; cruzando la calle sobre el PASO PEATONAL, justo en frente del HOSPITAL ESPAÑOL; la persona que llamó a la ambulancia fue el DOCTOR que acababa de atender a mi mamá, y dicha ambulancia sólo tuvo que dar vuelta en u, para dejarnos en el hospital. Por cierto mi cuerpo del madrazo voló como a unos 100 metros de un PUENTE PEATONAL. Después de eso regresé al hospital varias veces, me dieron gorra, pulsera, chamarra y calendario (^_^).
  4. La vez que no entendí sino 10 minutos después, este chiste:-¿Qué haces si despiertas a media noche y ves flotando tu televisor?
    -no sé
    -le disparas al negro

    Cuando lo entendí, obviamente reía estúpidamente solo y todos se reían pero de mi.

  5. La vez que di la impresión de ser un homosexual que gusta del sexo salvaje.
    Situación: Me encontraba en un OXXO degustando una radioactiva sopa Maruchan con un amigo, dicho amigo había inundado su sopa con media botella de salsa valentina (ya imaginarán la bomba gástrica) y total, salimos de ahí y le pedí me acompañara a comprar condones al Sanborns. Así paso y mientras yo elegía marca, modelo, tamaño, aceites, lubricantes y demás, total que mientras yo veía qué pex, mi amigo se paseaba por ahí pendejeando, así que después de elegir dos paquetes grandes y un tubo de lubricante, cuando la señorita me cobra y me extiende mi compra, mi amigo dice (refiriéndose a la sopa maruchan) «no ma, ahora si voy a resentir esto en la noche», y en ese momento la cara de la señorita que atendía y de us amiga, fue invaluable, de foto. Lástima que yo aguanté la risa como pude y salí del lugar, al salir mi amigo extrañado preguntaba que de qué carajos me reía tan efusivamente… ahí surgieron los Momentos de Humor Homosexual Involuntario.

Diría mi hermano menor: Ríanse de su pendejada…

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Estaba escuchando: Peste Noire – Le mort joyeux
via FoxyTunes