Ella, con una voz descansada, reincorporándose de una agitación intensa, con los poros apenas descansando de tan intenso viaje, con una sonrisa que le es imposible disimular, y con un tanto de brillo por el sudor; pregunta:
¿dónde aprendiste a hacer todo eso?
Yo:
en los libros…
Mi primer encuentro sexual fue en realidad con los libros, había recibido clases de educación sexual en la primaria, así que la teoría básica estaba cubierta, pene, vagina, gestación, parto, vello púbico, etc. todo una maleta de definiciones y en ese momento teorías.
Después fue el encuentro con las revistas de Play Boy del menor de los tíos, así fue como las palabras pubis, vello, pechos cobraron una visión más real pero aún no morbosa sobre el sexo.
No fue sino en la secundaria, bombardeado de toda la censura, de todo el misterio y la sacrosantidad otorgada al sexo, que despierta en todo adolescente, el morbo de ver lo que ya conoces, porque lo viste en el librito de «De dónde vienen los bebés», en las láminas de la escuela, en tu libro de biología, pero, ahora tiene otro sentido, ese de la curiosidad y el de la invitación de algo prohibido. Verle los calzones a las niñas era una acción que hacías porque no debías de hacerlo, nada más, pero ahora, no buscabas los calzones de las niñas, bueno sí, pero ahora representaba otra cosa, era verlos, ver los muslos, imaginar lo que ocultaban, era crear un relato erótico mental, totalmente desconocido, porque las láminas no te hablan de sensaciones, son sólo un: pene entra en vagina, sale semen y nueve meses nace un bebé, no hablan de la respiración agitada, del preludio que atiende a las hormonas, de los aromas que desprenden dos labios a punto de besarse, no hay nada de eso, y eso es lo que tu buscas, o buscando un pene entra en vagina, te topas con eso y no sabes ni madres.
Sabes que un pene entra en vagina y sale semen y nace un bebé, ¡muy bien! aplauso, pero no sabes cómo tocar a una mujer, dónde, de qué manera, qué sí, qué no, no sabes que pene en vagina es muchisisisisisisisismo más que un pene en vagina, y de lengua en vagina, ni hablar porque es pecado.
Yo aprendí de los libros, de esos libros que versan sobre todo eso, de los libros de donde sacaron la información necesaria para esas clases de educación sexual, de donde tomaron parte para dibujar esas láminas.
En ese entonces mi madre preparaba su tesis sobre El Abuso Sexual Al Menor, y la sala de la casa (que no es su casa pero los puedo invitar, jajajaja) siempre tenía libros de sexo, así que un día hojeando el índice de uno de ellos leí: Masturbación femenina, y el adolescente morboso voló a la página en cuestión, (buscando imágenes, claro está) y sólo había letras, muchas letras; así pues, perdiéndome en las letras comencé a leer y leer y leer, aprendí como eran las vaginas, las distintas formas, dónde está el clítoris, para qué sirve, como tratarlo, zonas erógenas, técnicas de estimulación, posiciones, en fin… 20 mil y un cosas y claro, aprendí todo lo que estaba ahí, eso incluye las cosas falsas claro está, era un hombre cargado de teoría, con puro diez en el salón pero sin prácticas de campo, sin acceso al laboratorio.
Después comprobé las teorías, derribé los mitos, y comencé a leer más y a corroborar con la realidad, la práctica y la experimentación, compré la idea de que dar el placer a una mujer es un arte que hay que aprender y dominar. Sí ya sé, eso suena demasiado pretencioso, a que yo soy bien chingón, pero qué les puedo decir, cuando me preguntan ¿dónde aprendiste a hacer eso? mientras me miran con una cara de «¿donde has estado mis últimos nueve orgasmos?»
No alardeo, no es pose, y no pretendo cobijarme medallas que no, pero lamentablemente hay sólo dos formas de comprobarlo y NO, no daré referencias para que vayan y pregunten…
Sólo puedo decirles: aprendan sexo, no lo hagan porque es sexo, sino háganlo disfrutando bien, con eso trucos que prenden a las chicas a grados se sorprenderían, o las chicas que sepan dónde y como moverse para que digan «hay cabrón, no sabía que podías hacer esto»
En fin…
Me encantaría dejarles bibliografías pero esos libros ya no siguen aquí, Está Internet, vayan busquen, lean: sobre eyaculación femenina, el arte del cunnilingus, sobre el sabor del semen, sobre zonas erógenas, masajes, busquen, aprendan y comprueben, hay más que porno y fotos de gatos bonitos allá en la web.
Los(as) que no saben, busquen, pregunten, aprendan, y los que sí saben.
NO SEAN OJEIS, ENSÉÑENLE A LOS QUE NO.
Verán que todos se divierten.