La forma de querer tú
es dejarme que te quiera.
El sí con que te me rindes
es el silencio. Tus besos
son ofrecerme los labios
para que los bese yo.
Jamás palabras, abrazos,
me dirán que tú existías,
que me quisiste: jamás.
Me lo dicen hojas blancas,
mapas, augurios, teléfonos;
tú, no.
Y estoy abrazado a ti
sin preguntarte, de miedo
a que no sea verdad
que tú vives y me quieres.
Y estoy abrazado a ti
sin mirar y sin tocarte.
No vaya a ser que descubra
con preguntas, con caricias,
esa soledad inmensa
de quererte sólo yo.
Pedro Salinas
Desperté y no estabas en la cama, seguro te fuiste más temprano por algo de tu trabajo, pues la mesa y la alacena seguían igual y el bote de leche no reportó ninguna pérdida, es el segundo día que te vas sin desayunar, no deberías, puede hacerte daño, compre de esas galletas de fibra que tanto te gustan y ni siquiera las has tocado.
Lindo detalle de tender tu lado de la cama, pero creo que fue demasiado, yo tiendo la cama todos los días, no tenías que hacer eso, ademas vi que secaste el baño, no era necesario, yo me bañé después y lo sequé.
En la tarde vine temprano, preparé pasta y compré vino para comer juntos, pero creo que algo debió haberte retrasado porque no llegaste para comer, había guardado todo en el refrigerador pero no llegaste a cenar, así que se lo dí a la vecina, ya ves que le encanta como cocino y por cierto, te manda saludos porque dice que tiene rato que no ve.
Perdón por esta tonta nota que dejo en la mesa para tu lectura, pero me es imposible decirte todo esto frente a frente, son ya no sé cuantos días desde que te fuiste y dudo que te vuelva a ver por aquí, así que mejor te lo dejo por escrito. Te quiero.
PD. No te preocupes, este papel yo lo tiraré por la mañana.