¡El nuevo sencillo de Portishead está ya listo para sonar!
Nada más que decir, larga vida al Trip.
El día que me rendí a la blogósfera
¡El nuevo sencillo de Portishead está ya listo para sonar!
Nada más que decir, larga vida al Trip.
Y yo participaré.
Hasta ahora tengo planeado usar 1 Ghosts I y quizá 2 Ghosts I; aún no decido si en una secuencia conjunta, o a manera de secuela, tengo ya las ideas claras (al menos para la parte uno) y en cuanto Rash me devuelva mi cámara comenzaré con la filmación. Se titulará Her Ghosts y quizá lo convierta en una serie de cortos con la mísma temática usando, como el Festival lo indica, el Ghosts I-IV; disco que recomiendo ampliamente, si eres un chavito en ondas My Chemical Romance, y new bullshit, ni te molestes, esto no es para ti, pero si eres experimentado en la música y tienes gusto por nuevas tendencias y demás, adelante, Ghosts I-IV es un excelente disco.
Entonces no es que no quiera estar solo, quiero estar con alguien y que alguien esté conmigo; pero perdí la ilusión, las ganas, la fuerza; mis últimos suspiros se los llevó aquella mujer que ha dicho que no volverá, y por si fuera poco se llevó todo lo que valía la pena. Y ahora ya no necesito de nada extraordinario, y que lo ordinario se vuela aún tan mundano, para que no tenga sentido compartirlo con alguien; de vuelta al solitario que solía ser, introvertido, alejado del mundo albergando un mundo diferente que ya no me dirá más que lo mismo. No tengo más que decir, sería compartirme con nadie que pueda leer esto, y no tiene caso ya. Vendrá un telescopio, volveré por el tunel del que una vez salí, y sólo quedará en alguien de acá afuera un vago recuerdo de lo que existe aquí dentro.
Y comencé con una novela, no sé como se escriben ni de qué son las novelas, pero heme aquí escribiendo lo que pretende ser una novela.
«Un cuarto de hotel, el de siempre, un espejo que sólo refleja cuerpos desnudos por temor a reflejar la triste verdad, un aroma que esta vez resulta único, una luz tenue que tiene miedo también de alumbrar la realidad…
Ahí estaba ella, ahí estaba él, un silencio tan pesado que agitaba el respirar de las cobijas tiradas en la alfombra, un silencio mortal, como lo llaman los poetas, ensordecedor dicen los filósofos, la verdad es que para Regina y para Miguel, era un silencio incómodo, idéntico al mencionado en aquella película que vieron juntos unos años atrás. Era una soledad tan perfecta, idónea para los amantes que se aman más allá de la simple carne, un cuarto de hotel, Regina y Miguel recostados en la cama uno frente al otro, abrazados, aferrados dulcemente con tan sólo la mirada deteniendo el tiempo que se les va escurriendo por la almohada…
-¿Por qué no fuiste antes así?
-No sé… creo que por miedo, miedo a que sucediera lo que está sucediendo hoy…Regina y Miguel se conocieron de una de las formas más comunes en las que las personas suelen conocerse unas a otras, por un amigo mutuo que así nada más un día los presenta sin saber que está extendiendo un contrato por amor, que aquellos dos desconocidos están firmando con una total desatención a las letras pequeñas.»…
Un cuerpo prestado no me cae nada mal, para que aguante mis brazos, se deje besar unos instantes y se impregne de amor, que tanto me sobra y me hace falta.
Necesito dormir y respirar un aroma suave y no solitario.
A estas alturas (que en realidad de alto no tienen nada), una hora prestada para abrazar, caerían como limosna pedida a gritos; triste pero cierto, peor aún, necesario.
Con sueño ahora y sin sueños ya, me pregunto si he de poder apagarme por completo sin dejar de respirar. He de amanecer todos los días, pero estoy seguro que uno de esos, no muy lejano, voy a amanecer pero ya sin despertar.